Pontificia Universidad Javeriana
Investigación Cualitativa
Kevin Felipe Gutiérrez Martínez
En ocasiones he sentido que los días pasan y no
aprendo nada, como si estuviese estancado e incluso, falto de alguna
motivación, pero con el tiempo y sobre todo en este último semestre apenas en
su primer tercio de clases he sentido justamente lo opuesto, creo que tengo una
sobre carga de trabajos y de información por procesar. Lo curioso es que en
ambas situaciones es difícil detectar cuando se interioriza lo aprendido, es
decir aprehender algo de ese flujo de constantes experiencias. Hace poco me
inventé un ejercicio que luego descubrí que ya existía y es un paso de la
meditación; consiste en dedicar un instante a nosotros mismos antes de caer
dormidos, básicamente es hacernos tres preguntas: ¿qué hice el día de hoy? , ¿Qué
me faltó hacer? ¿Aprendí algo nuevo? Resulta que en ese momento recapacitamos
de una manera adecuada con respecto a nuestros hábitos, justo ahí, nos damos
cuenta de si somos muy activos, relajados, perezosos, dedicados u obsesivos. Ese
análisis cualitativo aunque no lo consignemos en alguna libreta o sistema de
registro, refina muchas de nuestras habilidades de análisis.
Ser nuestros propios sujetos de análisis enriquece
nuestras capacidades de observación de lo que nos rodea, surgen preguntas como ¿Cómo
podríamos entender y analizar al otro, o incluso interpretar realidades de
grupos focales si no conocemos conceptos internos y comportamientos del ser humano?
Este ejercicio de observar y analizar que
trasciende a indagar puede realizarse sin previo entrenamiento, de hecho, de
eso vivimos cotidianamente, impresiones una tras otra de personas o lugares y
sus interacciones, pero cuando este ejercicio se agudiza, podemos ver a través
de los fenómenos y los comportamientos; literalmente el sujeto en cuestión
podrá decir que comprende el mundo, es entonces cuando nos adentramos a campos
más profundos de la investigación cualitativa, donde se debe ser un híbrido
entre psicólogo, comunicador, y sociólogo, tener la base teórica de un
historiador y estar a la vanguardia de las noticias como un comunicador. Todo
esto para tener un ángulo acertado de observación y posterior pronóstico.
Como ejercicio de entrenamiento visualizo una
serie de etapas para desarrollar un análisis cualitativo de principiante. En
primer lugar, debemos estar dispuestos a dejarnos tocar por un contexto ajeno
al nuestro, es decir salir de nuestra área de confort, salir a explorar diferentes
ambientes y seleccionar uno que nos genere curiosidad e interés. Luego de esto,
empezaremos a investigar a través de análisis previos realizados sobre el tema,
pueden ser cualitativos o cuantitativos, esto con la intención de empaparnos del
contexto. Como ejercicio documental podemos procesar esta información numérica
y cualitativa en nuestras palabras, en un escrito introductorio e informativo
de lo que se sabe, para así hallar vacíos o conclusiones abiertas en estos
estudios; siendo esto una herramienta básica para la generación de objetivos en
la investigación cualitativa.
Posteriormente, pasaremos a las observaciones y
notas de campo, entendidas como la primera inmersión en el campo de acción. En
este momento es necesario tener precisión de cada cosa que anotamos, y el
propósito por el cual documentamos, pues a menos que sea la intención no
escribiremos el color de zapatos que más se use en cierto entorno, debe existir
un filtro brindado a través de la investigación previa a este ejercicio. Esta
sería relativamente la tercera etapa, pues guardaremos el material registrado
en nuestra inmersión de campo para un posproducción de la información. Como
cuarta etapa revisaremos esta información para detallar cual sería nuestra
pregunta general de investigación y así
poder profundizar en los ámbitos indicados sin divagar en la información. Una
vez comprendemos nuestro propósito (pregunta de investigación) debemos volver a
investigar en bibliografías, bases de datos, estudios o revistas sobre las
palabras claves de nuestro caso de estudio, generando categorizaciones de
sujetos y/o fenómenos mediante la detección de patrones y líneas de pensamiento
generadas por el investigador en cuestión, de esta manera se pretende
potencializar la reestructuración de conocimiento y generar nuevas redes de
relaciones jerarquizadas por parte de nosotros como investigadores.
Este proceso se repetirá las veces que sea
necesario adjuntando nuevos métodos que puedan profundizar más la información y
depurar el contenido de la misma, generando nuevos planteamientos de
investigación para los futuros investigadores en ámbitos similares. Este
ejercicio reiterativo es en esencia la investigación cualitativa. También es
importante que la calidad de cuestionamientos generados en estos ejercicios
sean acertados y no pasar por entrevistadores de los hechos ni narradores de
contextos, debe contar con un carácter de indagación cualitativa, el cual
conlleva de tiempo y reordenamiento de información. En contraste, podemos
encontrar varios métodos que pueden ser herramientas guía para nuestra
investigación y otorgarle un carácter académico y estructurado, dependiendo el
caso.
Existe la etnografía, útil en el conocimiento de
otras culturas desde las primitivas hasta las de la actualidad como subculturas
o poblaciones. Por medio de entrevistas, notas de campo, videos, diarios,
poesía arte e incluso artefactos se puede llegar a recolectar información
valiosa para una investigación etnográfica. Métodos más ligados al campo de
experiencias a través del tiempo como la teoría fundamentada, donde inducen
teorías a través de los datos recolectados y esta es su manera de corroborarlas,
o la fenomenología la cual rompe paradigmas preconcebidos y se centra de manera densa y profunda en la
experiencia humana vivida dando como producto la esencia del fenómeno en
cuestión.
Para todo esto podemos mejorar nuestras
oportunidades de hallazgo de datos elaborando notas de campo optimizadas, que
no incurran en el robo de tiempo de la experiencia en sí misma, de esta manera
apuntar palabras clave que nos recuerden el locutor, espacio e interacción,
para luego ampliar las notas con descripciones del medio, conductas no verbales
e impresiones personales como investigadores. El ideal de esto es crear un mapa
mental de la cronología de la inmersión y así mismo tener una estructura de
análisis de nuestro bloc de notas. Las notas deben surgir esporádicamente en
nuestro ejercicio de investigación y deben ser registradas de la manera más
literal posible. Por otro lado, podemos generar diferentes sensaciones en un grupo
focal o una persona de estudio, todo depende de la manera en que se le pregunta
de su vida; si es una entrevista no estructurada, el propósito es llegar a las
cualidades personales del individuo, hacer preguntas generales, pues no
conocemos mucho sobre el tema, y que el individuo deje fluir toda su
información mostrándonos sus gustos, aprobaciones, pasiones e historia, debemos
tener un banco de preguntas que integren y animen a participar mediante la
opiniones y perspectivas. También pueden ser semi-estructuradas; efectuando
preguntas abiertas en órdenes específicos, saturando los datos y logrando
contrastes en respuestas diferenciadas entre los participantes, pero por lo
general requiere un alto número de participantes activos para conseguir buenos
resultados, y se aplica solo si sabemos
previamente del campo en el que estamos incursionando.
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