miércoles, 22 de febrero de 2017

Bitácora Documental Reflexiva - Capitulo 4


Pontificia Universidad Javeriana
Investigación Cualitativa
Kevin Felipe Gutiérrez Martínez


En ocasiones he sentido que los días pasan y no aprendo nada, como si estuviese estancado e incluso, falto de alguna motivación, pero con el tiempo y sobre todo en este último semestre apenas en su primer tercio de clases he sentido justamente lo opuesto, creo que tengo una sobre carga de trabajos y de información por procesar. Lo curioso es que en ambas situaciones es difícil detectar cuando se interioriza lo aprendido, es decir aprehender algo de ese flujo de constantes experiencias. Hace poco me inventé un ejercicio que luego descubrí que ya existía y es un paso de la meditación; consiste en dedicar un instante a nosotros mismos antes de caer dormidos, básicamente es hacernos tres preguntas: ¿qué hice el día de hoy? , ¿Qué me faltó hacer? ¿Aprendí algo nuevo? Resulta que en ese momento recapacitamos de una manera adecuada con respecto a nuestros hábitos, justo ahí, nos damos cuenta de si somos muy activos, relajados, perezosos, dedicados u obsesivos. Ese análisis cualitativo aunque no lo consignemos en alguna libreta o sistema de registro, refina muchas de nuestras habilidades de análisis.
Ser nuestros propios sujetos de análisis enriquece nuestras capacidades de observación de lo que nos rodea, surgen preguntas como ¿Cómo podríamos entender y analizar al otro, o incluso interpretar realidades de grupos focales si no conocemos conceptos internos y comportamientos del ser humano?

Este ejercicio de observar y analizar que trasciende a indagar puede realizarse sin previo entrenamiento, de hecho, de eso vivimos cotidianamente, impresiones una tras otra de personas o lugares y sus interacciones, pero cuando este ejercicio se agudiza, podemos ver a través de los fenómenos y los comportamientos; literalmente el sujeto en cuestión podrá decir que comprende el mundo, es entonces cuando nos adentramos a campos más profundos de la investigación cualitativa, donde se debe ser un híbrido entre psicólogo, comunicador, y sociólogo, tener la base teórica de un historiador y estar a la vanguardia de las noticias como un comunicador. Todo esto para tener un ángulo acertado de observación y posterior pronóstico.

Como ejercicio de entrenamiento visualizo una serie de etapas para desarrollar un análisis cualitativo de principiante. En primer lugar, debemos estar dispuestos a dejarnos tocar por un contexto ajeno al nuestro, es decir salir de nuestra área de confort, salir a explorar diferentes ambientes y seleccionar uno que nos genere curiosidad e interés. Luego de esto, empezaremos a investigar a través de análisis previos realizados sobre el tema, pueden ser cualitativos o cuantitativos, esto con la intención de empaparnos del contexto. Como ejercicio documental podemos procesar esta información numérica y cualitativa en nuestras palabras, en un escrito introductorio e informativo de lo que se sabe, para así hallar vacíos o conclusiones abiertas en estos estudios; siendo esto una herramienta básica para la generación de objetivos en la investigación cualitativa.
Posteriormente, pasaremos a las observaciones y notas de campo, entendidas como la primera inmersión en el campo de acción. En este momento es necesario tener precisión de cada cosa que anotamos, y el propósito por el cual documentamos, pues a menos que sea la intención no escribiremos el color de zapatos que más se use en cierto entorno, debe existir un filtro brindado a través de la investigación previa a este ejercicio. Esta sería relativamente la tercera etapa, pues guardaremos el material registrado en nuestra inmersión de campo para un posproducción de la información. Como cuarta etapa revisaremos esta información para detallar cual sería nuestra pregunta general de investigación  y así poder profundizar en los ámbitos indicados sin divagar en la información. Una vez comprendemos nuestro propósito (pregunta de investigación) debemos volver a investigar en bibliografías, bases de datos, estudios o revistas sobre las palabras claves de nuestro caso de estudio, generando categorizaciones de sujetos y/o fenómenos mediante la detección de patrones y líneas de pensamiento generadas por el investigador en cuestión, de esta manera se pretende potencializar la reestructuración de conocimiento y generar nuevas redes de relaciones jerarquizadas por parte de nosotros como investigadores.

Este proceso se repetirá las veces que sea necesario adjuntando nuevos métodos que puedan profundizar más la información y depurar el contenido de la misma, generando nuevos planteamientos de investigación para los futuros investigadores en ámbitos similares. Este ejercicio reiterativo es en esencia la investigación cualitativa. También es importante que la calidad de cuestionamientos generados en estos ejercicios sean acertados y no pasar por entrevistadores de los hechos ni narradores de contextos, debe contar con un carácter de indagación cualitativa, el cual conlleva de tiempo y reordenamiento de información. En contraste, podemos encontrar varios métodos que pueden ser herramientas guía para nuestra investigación y otorgarle un carácter académico y estructurado, dependiendo el caso.

Existe la etnografía, útil en el conocimiento de otras culturas desde las primitivas hasta las de la actualidad como subculturas o poblaciones. Por medio de entrevistas, notas de campo, videos, diarios, poesía arte e incluso artefactos se puede llegar a recolectar información valiosa para una investigación etnográfica. Métodos más ligados al campo de experiencias a través del tiempo como la teoría fundamentada, donde inducen teorías a través de los datos recolectados y esta es su manera de corroborarlas, o la fenomenología la cual rompe paradigmas preconcebidos  y se centra de manera densa y profunda en la experiencia humana vivida dando como producto la esencia del fenómeno en cuestión.

Para todo esto podemos mejorar nuestras oportunidades de hallazgo de datos elaborando notas de campo optimizadas, que no incurran en el robo de tiempo de la experiencia en sí misma, de esta manera apuntar palabras clave que nos recuerden el locutor, espacio e interacción, para luego ampliar las notas con descripciones del medio, conductas no verbales e impresiones personales como investigadores. El ideal de esto es crear un mapa mental de la cronología de la inmersión y así mismo tener una estructura de análisis de nuestro bloc de notas. Las notas deben surgir esporádicamente en nuestro ejercicio de investigación y deben ser registradas de la manera más literal posible. Por otro lado, podemos generar diferentes sensaciones en un grupo focal o una persona de estudio, todo depende de la manera en que se le pregunta de su vida; si es una entrevista no estructurada, el propósito es llegar a las cualidades personales del individuo, hacer preguntas generales, pues no conocemos mucho sobre el tema, y que el individuo deje fluir toda su información mostrándonos sus gustos, aprobaciones, pasiones e historia, debemos tener un banco de preguntas que integren y animen a participar mediante la opiniones y perspectivas. También pueden ser semi-estructuradas; efectuando preguntas abiertas en órdenes específicos, saturando los datos y logrando contrastes en respuestas diferenciadas entre los participantes, pero por lo general requiere un alto número de participantes activos para conseguir buenos resultados,  y se aplica solo si sabemos previamente del campo en el que estamos incursionando.

De esta manera podemos apreciar que el poder del análisis y el registro pueden ir más allá de lo que podemos pensar, y estoy seguro de que una vez se aplican estos métodos, sea de manera coloquial o profesional, vamos a agudizar nuestra comprensión del entorno, y con el tiempo, además de comprender a los demás, sabremos un poco más sobre nosotros mismos, pues somos el sujeto de prueba número uno de nuestras vidas. En lo personal creo que la investigación cualitativa puede ser una potente herramienta de gestión personal, que reforzaremos crónicamente durante nuestra vida y este curso de aprendizaje.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Bitácora Documental Reflexiva - Capítulo 3




Pontificia Universidad Javeriana
Investigación Cualitativa
Kevin Felipe Gutiérrez Martínez



El aprendizaje durante estas tres semanas sobre investigación cualitativa ha tomado peso exponencialmente, pues hemos pasado de un texto que relata nuestra primera clase de manera descriptiva a una segunda entrega de características similares pero con una adición documental de videos y lecturas, las cuales enriquecen los temas a tocar en el escrito de manera amena; ahora, en este último compilado textual, además de elaborar un texto, fue necesario realizar un mapa conceptual de la lectura con el fin de afianzar todos los conceptos plasmados en ella y así mismo que sirva de material de soporte para los parciales teóricos que se realizarán posteriormente.

Precisamente de los métodos de aprendizaje y observación hablaremos en este capítulo. Después de comprendido el mensaje del material audiovisual, es claro que la manera en que un individuo aprende la información y la interioriza es muy diferente a como otra persona puede entregar dicha información; dado que es un punto de vista ya procesado de la información, más no una entrega de conceptos para que se desarrolle un proceso cognitivo en el aprendizaje. Ahí es cuando entran los mapas conceptuales, una versión más parecida a como nuestro cerebro guarda información, pues ligamos recuerdos vividos con aprendizajes cotidianos y así generamos más contenido para la memoria a largo plazo.  Situación distinta a cuando estudiamos para parciales y memorizamos cantidades de información para un solo momento.

Es aquí cuando recapitulo y cuestiono el método evaluativo de un  parcial de preguntas específicas elaboradas por los mismos estudiantes; puede que sea bueno pues al generar preguntas sobre la información que adquirimos, estamos interiorizando algo del conocimiento, y mucho más si todo lo que se aprendió en la lectura se organiza científicamente en un mapa conceptual. Pero a largo plazo, sucedería lo mismo que si fuese un tablero lleno de círculos, letras y flechas de significados y conceptos que se mezclaran en un consomé, esquemas que no alcanzaron a conectar con mis redes neuronales. Tal vez deduzcan cosas como: ¿es que no tenemos memoria? O ¿cuál es el grado de dificultad de realizar mapas conceptuales para luego contestar parciales con estos? Pero mi análisis no va encaminado hacia un sistema de evaluación sino a una optimización del tiempo, sacándole un mejor provecho al documento y a los conceptos que luego serán parte de un texto. Puede que el inconveniente solo exista en el texto -TEORÍA Y METODOLOGIA DE INVESTIGACIÓN- pero al ser un texto cargado de terminologías jerarquizadas, el ejercicio de generación y apropiación de conceptos puede pasar a ser una técnica de organización de datos, que en ocasiones puede quitar esa chispa del placer de leer, donde uno puede ir aprendiendo nuevos términos y mentalmente ir ligándolos a pensamientos y notas mentales incluso físicas sobre el papel ; todo por estar pendiente de un nuevo termino y ver a cual concepto o subconcepto pertenece.

Es evidente que una vez se termina ese mapeo de terminologías y significados se tiene una concepción general más digerida del texto, pero a su vez siento que perdió su esencia. Esto basándome en los documentales y documentos que respaldan la clase donde nos explican que nuestro filtro cerebral deja de recordar las cosas que no le son útiles con el tiempo, y por el contrario relaciona e inmortaliza conocimientos a través de anécdotas. Es por esto que me agrada un estilo libre de escritura en mi blog e incluso me gustaría proponer ejercicios de observación y captación de información cualitativa donde podamos aplicar uno o dos métodos en casos que nos llamen la atención o incluso un auto análisis hermenéutico donde nos reclasifiquemos y evaluemos como personas interesadas en aprender de otras, de sí mismos y de los flujos, dinámicas y fenómenos que entre nosotros existen.  Asimismo, que en dado caso estos estudios de casos sean la evaluación cualitativa del estudiante traducida a datos cuantitativos por el nuestro tutor/docente. De esta manera creo que se retaría verdaderamente nuestro poder de interiorización cognoscitivo que con la habilidad de organizar información para luego responderla en un banco de preguntas, veríamos verdaderamente el poder de la investigación cualitativa más no el estricto orden científico de encasillar el conocimiento sin dinamizarlo de manera natural.

Bien podríamos aprender sobre técnicas clave de análisis y comprensión de datos superficiales y subjetivos de manera aplicada en algún caso, por ejemplo mirar y tomar registro fotográfico de los colores que más usan tus amigos, o pedirles el favor que tomen una fotografía de sus armarios, y saber el orden en que ubican su ropa de uso frecuente y la que ahora solo acumulan y sacar conclusiones acertadas o no sobre tendencias de moda, hábitos y orden en nuestro círculo social; ejercicio que  en lo profesional como diseñador industrial resulta más útil, practico, simbólico, claro y preciso  que entender cada concepto  como característica de la ciencia y su función en la comunicación asertiva en los modelos epistemológicos.

Es evidente, soy más dado a lo práctico y no mucho a lo teórico, pero así mismo ahora sabemos que gracias a lo práctico y experimental la ciencia pudo nacer y ser organizada, y que sin la interacción humana y recepción de los fenómenos en ella no se podría conformar ni si quiera las hipótesis científicas o teorías que “nos ayudan a comprender nuestro mundo”.  Tal vez podríamos decir que estas leyes naturales nos ayudan a estancar nuestra curiosidad y repetir la visión del mundo. Sería curioso entender que la investigación cualitativa y cuantitativa no son dos ramas de la teoría y metodología de investigación, sino que pueden ser una sola ya que de por si son recíprocas, pues una sin la otra son incapaces de crear mapas semánticos o miradas holísticas y acertadas en algún estudio de caso.


Todo lo dicho anteriormente puede ser una mirada apresurada de cómo deberíamos aprender y aplicar la investigación cualitativa con tan solo 6 horas de clase, 5 en video y más de 10 en lectoescritura. Esto es lo que se me viene a la mente cuando pienso en el término de “investigación”, más allá de que sea o no cualitativa o cuantitativa. Encontrarnos con ejercicios muy enriquecedores y que resignifiquen nuestro nuevo hábito como blogueros; de lo que sí podemos estar seguros es de que mejoraremos irremediablemente nuestra comunicación escrita, elemento que como diseñadores no podemos dejar de lado y que sumado con unas finas habilidades de percepción y concepción de nuestro entorno podremos conectar conceptos, ideas y  fenómenos para encontrar nuestro santo grial, anhelado y siempre buscado termino de innovación aplicado a nuestros proyectos, pues como popularmente nos dicen, nadie quiere más de los mismo, y nuestra verdadera tarea es interpretar las conductas y necesidades humanas. Como en el primer capítulo hablábamos, en el fondo y a pesar de nuestros diversos gustos y áreas del conocimiento, todos somos unos investigadores cualitativos en busca de patrones para desarrollar nuestros saberes, de ahí que solo por este motivo hayamos podido desprendernos del resto de seres vivos en el planeta y ser individuos racionales, conscientes de su contexto y su lugar en el mundo. Afirmación que podría tomarse como un chiste con la actual condición del planeta a nivel general y toma de decisiones y dirigentes; pero no todo es malo, también existen mentes brillantes y mucha voluntad de cambio gestándose en las calles y casas de cada hogar, pequeños analistas en desarrollo que ayudaremos a propiciar un cambio positivo del mundo con nuestras ideas. 

miércoles, 8 de febrero de 2017

Bitácora Documental Reflexiva


Pontificia Universidad Javeriana
Investigación Cualitativa
Kevin Felipe Gutiérrez Martínez


Capítulo 2

Durante los días laborales o estudiantiles, realizamos un sinfín de tareas, podemos tener alteraciones en nuestro ritmo de vida, estar en un frenesí de obligaciones o disfrutar del placer de no hacer nada, como en algunos países es costumbre. Sin embargo, no hay memoria de lo que hacemos, nuestra producción es análoga al pasar los días y cuando reflexionamos y vemos lo realizado durante tanto tiempo esbozamos una sonrisa, que nos dura justo hasta cuando nos preguntan  ¿qué es lo que has hecho o en dónde has estado involucrado?  Es ahí cuando surge un mar de memorias de todo lo que somos capaces de hacer, pero no logramos comunicarlo de manera acertada y dejamos ir nuestras posibles oportunidades. Esta reflexión es pensada desde la perspectiva de un diseñador industrial, pero desde mi punto de vista el hábito de registrar, documentar o indexar es inherente al ser humano.

Es por esto que escribimos, dibujamos, grabamos o transformamos nuestro entorno, todo es una muestra de nuestro ADN evolutivo, de ahí que hasta existan personas que pueden analizar el estilo de registro de información y saber muchas de nuestras aptitudes y actitudes con tan solo un trazo o fragmento de escrito.

Por otro lado, es difícil adaptar nuevos hábitos, más cuando estos consumen gran parte de nuestro tiempo que puede ser gastado en trabajo remunerado o en placeres triviales de cada persona, pero algunas veces cuando se logra ver cambios comportamentales positivos, recapacitamos sobre la manera en la que gestionamos nuestra vida. Es así como hablaremos de la cultura del registro, una costumbre que ha pasado de generación en generación, pero que así mismo se ha visto debilitada por acoso constante de los medios. Una y otra vez vemos información, noticias , cine, teatro, estamos a la vanguardia del mundo gracias a internet y a los medios de comunicación que registran absolutamente toda nuestra actividad diaria, y esto podría ser un problema de fondo para la sociedad en la que estamos y para las generaciones venideras. Gracias a que el grueso de la población se dedica a ver contenido y no generarlo, la calidad empeora y entramos en un limbo del conocimiento, algo así como estar perdidos en un océano de información y para adquirir lo que estamos buscando nos hace falta recorrer kilómetros de desinformación donde eventualmente logramos buenos resultados, pues no tenemos nada asegurado.

Para esta situación existen remedios, antídotos para el adormecimiento cerebral y fueron descubiertos hace más 700.000 años o incluso antes por nuestros antecesores cromañones quienes empezaron a registrar su conocimiento lingüístico en rocas, en  historias y en narraciones gráficas. Esta comunicación se consignaba por algunos integrantes para luego enseñarles a sus individuos más jóvenes. Es aquí cuando podemos ver el poder del registro, gracias a esto podemos destacar a través del tiempo, cambios climáticos, crisis geologías, extinciones masivas y guerras entre nuestra misma especie. El arte de consignar lo vivido nos ayuda a evolucionar el pasado, y aquellos que aprenden de sus antecesores y toman medidas preventivas para mejorar su presente, están haciendo historia. Ahora pues, los individuos que consignan los avances pasarán a ser historiadores, analistas de su presente, serán los ojos a través del tiempo para las generaciones futuras. Sea cual sea el tema de documentación, es una creación humana intachable pues así esté bien o mal hecho el ejercicio de análisis será útil, será base teórica para él mismo u otro individuo en algún otro momento de la historia.

Este es el arte en común de todos nosotros como seres humanos, dejar un fragmento de historia para que alguien más la continúe; un artista a sus cuadros y esculturas, un lingüista a sus crónicas, un diseñador, arquitecto o ingeniero al cambio del entorno, sus elementos y las dinámicas entre todos los sistemas, un abogado, un político o un economista cambia dinámicas sociales ordena al pueblo o reasigna sus flujos económicos. Este ejercicio se puede realizar con cualquier profesión pero todas tienen en común el mismo elemento, generación de historia y evolución en las dinámicas.

Una vez comprendimos la coincidencia entre personas, nacieron profesiones retituladas, ramas de la ciencia dedicadas al autoconocimiento como sociedad, individuos o colectivos. Sociólogos, terapeutas, trabajadores sociales o escritores profundizan específicamente en el comportamiento humano, en sus diferentes ámbitos y situaciones, cuestionando  y registrando  todo aquello relevante para las investigaciones; utilizan métodos y herramientas desarrolladas por otras profesiones como el método científico, la observación participante, las notas de campo y el trabajo con grupos focales para después consignar la información en escritos, grabaciones auditivas o videograbaciones para así clasificar sus hallazgos en datos etnográficos, teorías fundamentadas y fenomenologías con el fin de hacer reflexiones sobre su material. De esta manera se origina  un campo de retroalimentación social para el análisis de dinámicas y flujos invisibles al ojo adormecido por las dinámicas cotidianas. Estos artículos ofrecen filtros que son adquiridos por los lectores y amantes de este tipo de conocimiento, avanzando a pasos agigantados en el análisis cualitativo, pues todos somos capaces de procesar información y recordar anécdotas que nos dan una visión de cómo funciona el mundo, pero cuando leemos y logramos interpretar la sociología,  los análisis cualitativos y cuantitativos, sucede un fenómeno similar a cuando apreciamos una obra o pieza de arte sin un sentido crítico y nos quedamos solo con lo gráfico y narrativo del producto / resultado. Nuestra evaluación resulta llana, sin matices ni profundidad algo así como ver el cuadro Guernica de Picasso o  una tragicomedia clásica de la antigua Grecia sin saber nada de la guerra civil española o de los grandes precursores de la narrativa crónica como Esquilo, Sófocles o Eurípides y así denominar estos productos como “lindos o melodramáticos” sin conocer este contexto histórico que nos brinda y los canones teóricos que hoy siguen vigentes y que nos ayudan a comprender precisamente nuevas corrientes artísticas o teatrales que a simple vista podrían ser solo muestras conceptuales de algún grupo de inspirados.

Esta profundidad semántica que nos brinda el análisis cualitativo inmerso en todos los campos del conocimiento, actividades, costumbres y comportamientos sociales será verdaderamente útil para nuestro diario vivir, aprenderemos a clasificar situaciones, personas y a tolerar actitudes y recapacitar sobre nuestra propia personalidad; en otras palabras, es la herramienta de la gestión personal e interpersonal, y solo si se practica y aplica el hábito del registro crítico, nuestro músculo analítico empezará a crecer, de la mano de la adquisición del conocimiento y nuestras vivencias, seremos día tras día personajes más completos y consientes de nuestro entorno y las sinergias que en él habitan. Es esto de vital importancia para la vida de diseñador, pues como creadores, debemos interpretar y comprender nuestro entorno a la perfección para bien lograr un proyecto, sea un producto físico, servicio o creación de una nueva experiencia, pues dependemos directamente de los síntomas de nuestro público objetivo, de la aceptación o incluso rechazo, hablando tanto en un ámbito profesional como laboral porque nuestra carrera está dedicada en su mayoría al ser humano y sus comportamientos, y de ellos surgen nuestras ideas y procesos investigativos.

De esta manera dejamos abierto este escrito compositivo donde los siguientes aprendizajes serán trasmutados en reflexiones y análisis de información que ligaremos a la profesión del Diseño industrial y algunas experiencias personales.






lunes, 6 de febrero de 2017

Bitácora Documental Reflexiva


Pontificia Universidad Javeriana
Investigación Cualitativa
Kevin Felipe Gutiérrez Martínez

Prologo:
El siguiente texto se elaborará de manera periódica en un plazo de 5 meses, cada semana el escrito será nutrido por un aproximado de 1200 palabras que contendrán el temario de la signatura – investigación cualitativa- . El carácter del escrito será informativo y reflexivo, con la intención de elaborar un exquisito cadáver literario del aprendizaje adquirido durante las lecciones y lecturas realizadas en el plazo de tiempo constatado.

Era una tarde típica en Bogotá, con un cambio de temperatura brusco a eso de las  5  o 6 de la tarde, caminaba por el parkway y la soledad con rumbo a la universidad; fue un día positivo pues me encontré con unos compañeros arquitectos y diseñadores con proyectos inquietante a los que quisiera pertenecer. Posteriormente, ayudé en la remodelación de la casa de un vecino. El trabajo consistió básicamente en golpear paredes con martillos y picas para remover la capa de pintura y estuco quemado que había arruinado la mitad de la estructura y así dejar la fachada con la textura de ladrillo envejecido; esto lo realicé justo antes de ir a la primera clase de investigación cualitativa y podría decir que fue una experiencia terapéutica. Se siente realmente bien golpear las cosa para cambiarlas y mejorar su aspecto, es ver una cambio rápido, radical, efectivo y es curioso que sea a través de la fuerza bruta, pues yo he estudiado para vivir de la creación pero se siente singularmente bien crear a través de transformación.

Se me hacía tarde para ir caminando hacia la primera lección de investigación cualitativa, pero no sé por qué no sentía afán de llegar, había terminado agotado de golpear tantas paredes pero me sentía tan relajado y tranquilo que no me quería apresurar para llegar a ningún lugar. Afortunadamente llegué solo con 6 minutos de retraso y la clase no había comenzado; salude a mis conocidos y observe a los nuevos, me senté al lado de Kenji, mi mejor amigo de la universidad. La clase comenzó y después de hacer la breve introducción y la presentación me gustó mucho la idea de generar un escrito por cada clase, ya que siempre he pensado que debería empezar a escribir así sea un diario, pues como lo dijo el profesor Juan, mi padre y un par de canciones: lo que no se utiliza se pone blandito.

Como ejercicio de inducción al curso, cada uno realizó un esquema de un objeto, algunos dibujaron bicicletas, labiales, plumas, cámaras, aviones, camionetas, carros y hasta un lápiz. La idea era analizar aleatoriamente al dibujante mediante su expresión gráfica, lo cual me recordó mucho mi primer semestre en la clase de dibujo donde el profesor nos enseñaba qué trazos curvos, rectos, altos, bajos y relieves usar  según la sombra, cuáles eran necesarias e innecesarias, a nunca usar borrador porque eso sería similar a desollar una idea, en general tu expresión. Asimismo, a aprender en principio a aceptarnos a nosotros mismos como dibujantes principiantes y a comprender que todo es un proceso de cambio. Nos mostró su primer boceto y nos entregó una semilla de moral con un dibujo fácilmente mejorable por cualquiera en ese momento, semilla que posteriormente regó con un dibujo que empezó con sus dos manos al tiempo en un tablero más grande que él y en el que terminó plasmada una vista en primer plano del papa en el vaticano saludando una multitud con su cetro papal. Todo esto lo pensé en un lapso muy corto de tiempo, mientras hacía mi dibujo, pensé en hacer algo muy significativo referente a mis gustos, entonces hice una rueda, con sus rayos y en el centro iba a hacer el piñón pero mi dibujo se asemejó más a la vista frontal del diagrama del lente de una cámara, eso pensé cuando lo dibujaba.
Luego se hizo una repartición aleatoria de cada dibujo y me entregaron un boceto de cámara análoga pero esta vez entera, hice el análisis formal de su dibujo, era algo ortogonal, recto y cúbico. Realmente un dibujo de dos minutos no encierra toda la personalidad de alguien, pero durante toda mi carrera he intuido que quienes dibujan elementos muy cuadrados suelen ser poco expresivos, muy callados y pueden ser desde perfeccionistas hasta desordenados. Por ende, me dediqué a analizar más la cantidad de adornos que le hizo a su objeto, como una correa y hasta un rollo, según entendí.

Lo curioso de todo fue lo que leyó el profesor con respecto a mi dibujo de una rueda híbrida con el diafragma de una cámara, resultó que puedo ser rutinario y dependo de lo material o de una persona y por eso giro en torno a esto, una vez lo leyó vi la similitud del análisis con algún tweet de horóscopo multimedia, que dicen cosas muy generales las cuales pueden definir o no a un grupo de personas.

Como tal hubo muy buenas duplas de intérpretes y dibujantes, pero lo que me resultó realmente interesante fue el resultado como grupo, ver cómo había fuentes coincidencias generacionales entre todos, esto lo interpreto meramente por los objetos dibujados. Hubo cosas como elementos de transporte, creación y/o captura de la realidad, lo que me hace pensar que nuestra generación añora conocer el mundo, viajar por él, capturarlo e inspirarse por medio de él. Puede que sea porque somos una carrera de diseño industrial muy ligada a la creatividad y las humanidades, pero hasta los odontólogos coincidían con el tipo de objetos seleccionados. Me parece positivo el hecho de que todos tengamos un anhelo que va más allá de capitalizar bienes y objetos; sin embargo, también me resulta ambiguo pues prácticamente diseñamos los objetos de nuestro entorno como profesión. Pero así es la vida, llena de ambigüedades contradictorias sea cual sea la profesión, es eso precisamente lo divertido de la vida.

Por otro lado, el ejercicio posterior a la clase consistió en aprender sobre la grafología y cómo con ella podemos entender muchas facetas del individuo, información muy atractiva que sirvió para valorar y hacer una retrospectiva de nuestra letra. Una vez vistos los videos informativos y documentales, podría decir que mi compañero  es equilibrado, guarda sus espacios aunque deja pasillos de información, su letra es  muy cargada al centro por lo que puede ser muy emotivo y llevado por lo físico, entregado a las sensaciones pero aun así mantiene un equilibro pues no tiene una letra inclinada hacia ningún lado de manera notoria; presentó algunas letras hacia la derecha lo cual demuestra positivismo y progreso, no tiene ampas ni jampas destacadas, por lo que puedo asumir que no es materialista en exceso pero tampoco tiene una espiritualidad o creencias elevadas, lo que indica que podría ser un creyente de alguna vertiente religiosa pero no un devoto seguidor de ideologías. Las líneas imaginarias que forman paralelas al orden visual de su escritura apuntan levemente hacia abajo lo cual puede ser indicio de que no fue un día muy animado o tiene pensamientos negativos hacia algo, cierra bien sus vocales es decir es muy recatado con lo que expresa, no es chismoso ni le gusta el murmullo,  pero según como finaliza sus letras entro en duda pues algunas las hace ascendentes y otras descendentes lo que podría entenderse como optimista pero a su vez pesimista, es decir tiene una buena percepción de sus variables de éxito cuando realiza sus actividades.

Por último, realicé el ejercicio con mi agenda de apuntes y daban resultados muy variados por lo que esperaré a una retroalimentación del profesor para adquirir mas conocimiento teórico y práctico del análisis no verbal, gráfico y expresivo de las personas, y así, generar un diagnóstico completo y acertado de mi persona para aplicarlo de manera efectiva en la vida cotidiana.